domingo, 1 de mayo de 2011

La soledad no se toca el corazón, para humillarme. Me pone a oír tus fotos, me pone a oler tu ausencia, a ver la luz que está apagada. La soledad enamorada es un misil golpeando el pecho, la menopausia encinta de un amor, que ya no es nada. La soledad es el brassiere que se quedó, cuando te fuiste. El decibel de tu silencio, el calendario de tu ausencia, el alma máter de lo absurdo. La soledad enamorada es mi pistilo sin tu estambre, es la hija de puta más perversa y sigue aquí, conmigo. Yo no sé si es una trampa que dejaste, yo no sé si es una treta o una venganza. Yo no sé si tienes tu que ver con ésto.. la soledad enamorada sigue aquí, conmigo. Ésta soledad que se desliza, ésta soledad que se incorpora, ésta soledad de tus cenizas, ésta soledad que me evapora y te extraña, igual que yo.

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