sábado, 27 de marzo de 2010

Que el maquillaje no apague tu risa,
que el equipaje no lastre tus alas,
que el calendario no venga con prisas,
que el diccionario detenga las balas.

Que las persianas corrijan la aurora,
que gane el quiero la guerra del puedo,
que los que esperan no cuenten las horas,
que los que matan se mueran de miedo.

Que el fin del mundo te pille bailando,
que el escenario me tiña las canas,
que nunca sepas ni cómo, ni cuándo,
ni ciento volando, ni ayer ni mañana.

Que el corazón no se pase de moda,
que los otoños te doren la piel,
que cada noche sea noche de bodas,
que no se ponga la luna de miel.

Que todas las noches sean noches de boda,
que todas las lunas sean lunas de miel.

Que las verdades no tengan complejos,
que las mentiras parezcan mentira,
que no te den la razón los espejos,
que te aproveche mirar lo que miras.

Que no se ocupe de ti el desamparo,
que cada cena sea tu última cena,
que ser valiente no salga tan caro,
que ser cobarde no valga la pena.

Que no te compren por menos de nada,
que no te vendan amor sin espinas,
que no te duerman con cuentos de hadas,
que no te cierren el bar de la esquina.

Que el corazón no se pase de moda,
que los otoños te doren la piel,
que cada noche sea noche de bodas,
que no se ponga la luna de miel.

Que todas las noches sean noches de boda,
que todas las lunas sean lunas de miel.

jueves, 25 de marzo de 2010

Un mal trance
que el destino
interpuso en mi camino,
eso es todo
y no ha sido nada más.

martes, 23 de marzo de 2010

(...) Tal vez fue algo de la puesta de sol o algún efecto
secundario del té, pero lo cierto es que la pena voló
y no importó ya ni siquiera porqué. Se va, se va, se fue.
Algunas veces, mejor no preguntar, por una vez que
algo sale bien. Si todo empieza y todo tiene un final,
hay
que pensar que la tristeza también.
Si te vas, los árboles del parque
seguirán creciendo, pasará éste otoño.
Se unirán dos nuevas soledades,
se dirán mentiras, seguiremos locos.

En el Metro sonreirás dormido camino de clase
y yo como siempre quizás llegué tarde.
Seguiré cerrando bares y recuerdos,
no aprenderé nunca a retirarme a tiempo.

Dormiré en la calle, besaré otros fuegos.
La ciudad en tu ausencia seguirá creciendo,
devorando vidas, haciéndolas humo.
Otros cumplirán los planes que trazamos,
que no terminamos, haciéndolos suyos.

Seguirás llorando en algunos cines,
olvidando todo aquello que aprendiste.
Nacerán mil niños y nuevas canciones,
y quizás alguno, quizás, lleve tu nombre.
Nuevos simulacros, nuevas confesiones.

Si te vas, los árboles del parque
seguirán muriendo y también mi fe.
Seguiré olvidándome las llaves
al salir de casa, y quizá en tu piel
haya quien esconda allí su cansancio,
todos sus temores, o quizás sus labios.

Tantas, tantas cosas seguirán pasando,
que quizás las cosas no nos cambien tanto..

domingo, 21 de marzo de 2010

Sola,
estoy
sola
y
estoy
buscando
ese
alguien
que
me
está
esperando.
Que
me
entienda
y si
no
me
entiende,
alguien
que
me
comprenda.


Alguien
a
quien
recordar
de
memoria
cuando
estoy
de
viaje,
cuando
estoy
muy
lejos.

Amor dependiente

Cuando hay amor y respeto mutuo, una pareja marcha sobre ruedas. Pero si los roles quedan desproporcionados y alguno de los dos depende del otro más de lo que debería, los problemas pueden aparecer de la mano del riesgo de convertirse en un "dependiente afectivo".
Las principales consecuencias de entregarnos cien por ciento a nuestra pareja tienen que ver con la anulación de nuestra forma de ser, y la pérdida de un espacio propio de donde pensar y decidir. De ésta forma, el dependiente afectivo deja de desarrollar su personalidad y sólo la alimenta a través de su compañero o compañera. ¿Cómo? Atribuyéndole de manera indirecta toda la responsabilidad de llenar su vacío interior, al tomar como propias las motivaciones y proyectos de la otra persona. Sin embargo, ésta devoción incondicional no es gratuita, ya que generalmente exige que se cubran todas sus necesidades y, en caso de que ésto no se cumpla, se enoja. Por más que la persona dependiente crea que ofrece un amor puro e intenso, en realidad, se trata de un sentimiento bastante inmaduro, que surge de su búsqueda de sentirse querido y valorado, y no de la honestidad.

Texto extraído de Psicología (+) Positiva.

miércoles, 17 de marzo de 2010

Preferiría algunas noches que me miro a la cara,
dormir en camas separadas de mi.

lunes, 15 de marzo de 2010

Laputamadrequelosremilparió
¿por
qué
nos
cuesta
tanto
el
amor?

Sólo te pido

Sólo te pido un abrazo más que me apriete mucho más que ayer. Sólo te pido una mirada más que a traves de ella pueda ver las cosas que hacen y sienten tipos como vos, los que mueren de pie. Sólo te pido un consejo más que por siempre deba recordar. Sólo te pido un enojo más para saber que camino tomar. Y cuando mi hijo pregunte por su abuelo le diré que está en un lugar mágico, que está en el cielo y siempre lo va a guiar, siempre lo va a guiar, siempre lo va a guiar. Sólo te pido una sonrisa más para saber como sonreír de aquí en más. Sólo quisiera hacerte el mejor favor para que mi culpa se vaya como el sol y la luna no me reproche lo que el tiempo no me dejo vivir con vos. Sólo te pido una lágrima más que inunde todo mi corazón. Sólo quisiera una última despedida que manche de alegría el resto de mi vida. Y cuando lágrimas de luto caen en tu mejilla, entiendo que no tendré lo que más quiero, ese minuto más.
Sólo un minuto más..

miércoles, 10 de marzo de 2010

Phi

(...) Pisé la escarcha en el jardín de la casa de mis padres antes que el cemento lo devorara todo. Atrapé luciérnagas en un frasco para iluminar las noches de verano. Trepé a los árboles de la calle para indigestarme con sus frutos salvajes. Robé rosas en los jardines del camino a la escuela para nunca animarme a entregarlas. Estuve excedido de peso. Dejé de estarlo. Fumé a escondidas. Tuve el cabello muy largo, casi por la cintura. Asistí a cientos de conciertos de rock. Hice la milicia y me escapé sólo para ir al cine y luego regresar. Me lancé de cabeza al mar desde alturas considerables. Tuve accidentes automovilísticos. Me emborraché. Estuve tumbado horas en el césped mirando las estrellas. Subí montañas. Estuve en la nevada. Me enamoré; varias veces. Tuve hijos. Me gradué. Me casé, y divorcié. Recé; y blasfemé. Sepulté a mis padres. Recibí cuernos. Abracé a mis hijos para reír con ellos, o para llorar con ellos. Cambié pañales. Fui al médico de madrugada. Y también a comprar golosinas o cigarrillos, dependiendo del momento y la compañía. Construí varias casas. Hice el amor sumergido en un arroyo. Caminé bajo la lluvia. Tuve viajes iniciáticos y años sabáticos. Lloré, reí, canté, soñé, amé ...
¿Cuál es su experiencia? era la pregunta. La incomodidad es angustia y mi hoja descansa, incompleta, en la pila insensible. ¿Cómo tener experiencia en un Universo en constante mutación? Hace frío en Buenos Aires, pero el sol es bueno en ésta parte de la plaza. ¿Esa pregunta podía tener otra respuesta? ¿No será, acaso, que cada pregunta formulada va por la vida buscando la respuesta que la enamore? ¿Qué respuesta habrá soñado recibir aquel que formuló esa pregunta?
"No somos ésta piel de mierda, no somos nuestra triste espantosa locomotora sin imagen; todos somos, adentro, hermosos girasoles dorados", recito a Ginsberg en un murmullo.
Soy el amarillo centro de un girasol y el espiral de sus semillas es mi línea áurea, mi perfecto espiral, mi propia torre de Babel, mi escalera al cielo: un gigantesco molusco humano. Mis vivencias oscilan alrededor de esa línea, por arriba o por debajo, cada vez más cerca. Vienen desde lo inmemorial. Mendelson encontró la puerta trasera. Atraviesan nuestra existencia de panal, y son la herencia futura en busca del propio Phi: nuestro nirvana.
La gente pasa apurada. Hombres y mujeres desfigurados por la carga. Los juegos para niños están vacíos a pesar de lo soleado de ésta tarde de invierno.

Mi texto favorito de tu libro,
te amo papá.

miércoles, 3 de marzo de 2010

Si los demonios no se van de mi costado humano,
puedo perder el control de mi corazón..
¡Dame la mano!
Y así están las cosas: mucha cancha embarrada,
demasiadas flores para tan poco jardín.
La felicidad es darse cuenta que nada es demasiado importante.