miércoles, 10 de marzo de 2010

Phi

(...) Pisé la escarcha en el jardín de la casa de mis padres antes que el cemento lo devorara todo. Atrapé luciérnagas en un frasco para iluminar las noches de verano. Trepé a los árboles de la calle para indigestarme con sus frutos salvajes. Robé rosas en los jardines del camino a la escuela para nunca animarme a entregarlas. Estuve excedido de peso. Dejé de estarlo. Fumé a escondidas. Tuve el cabello muy largo, casi por la cintura. Asistí a cientos de conciertos de rock. Hice la milicia y me escapé sólo para ir al cine y luego regresar. Me lancé de cabeza al mar desde alturas considerables. Tuve accidentes automovilísticos. Me emborraché. Estuve tumbado horas en el césped mirando las estrellas. Subí montañas. Estuve en la nevada. Me enamoré; varias veces. Tuve hijos. Me gradué. Me casé, y divorcié. Recé; y blasfemé. Sepulté a mis padres. Recibí cuernos. Abracé a mis hijos para reír con ellos, o para llorar con ellos. Cambié pañales. Fui al médico de madrugada. Y también a comprar golosinas o cigarrillos, dependiendo del momento y la compañía. Construí varias casas. Hice el amor sumergido en un arroyo. Caminé bajo la lluvia. Tuve viajes iniciáticos y años sabáticos. Lloré, reí, canté, soñé, amé ...
¿Cuál es su experiencia? era la pregunta. La incomodidad es angustia y mi hoja descansa, incompleta, en la pila insensible. ¿Cómo tener experiencia en un Universo en constante mutación? Hace frío en Buenos Aires, pero el sol es bueno en ésta parte de la plaza. ¿Esa pregunta podía tener otra respuesta? ¿No será, acaso, que cada pregunta formulada va por la vida buscando la respuesta que la enamore? ¿Qué respuesta habrá soñado recibir aquel que formuló esa pregunta?
"No somos ésta piel de mierda, no somos nuestra triste espantosa locomotora sin imagen; todos somos, adentro, hermosos girasoles dorados", recito a Ginsberg en un murmullo.
Soy el amarillo centro de un girasol y el espiral de sus semillas es mi línea áurea, mi perfecto espiral, mi propia torre de Babel, mi escalera al cielo: un gigantesco molusco humano. Mis vivencias oscilan alrededor de esa línea, por arriba o por debajo, cada vez más cerca. Vienen desde lo inmemorial. Mendelson encontró la puerta trasera. Atraviesan nuestra existencia de panal, y son la herencia futura en busca del propio Phi: nuestro nirvana.
La gente pasa apurada. Hombres y mujeres desfigurados por la carga. Los juegos para niños están vacíos a pesar de lo soleado de ésta tarde de invierno.

Mi texto favorito de tu libro,
te amo papá.

2 comentarios:

  1. se me puso lña piel de gallina. me lo prestarias para leer? es muy lindo
    que groso tu viejo boluda
    te amo amiiiiiiiiiiiiiiga DEMASIADO

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